Canal La Vigía ha venido a solucionar la falta de agua

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El canal La Vigía se presenta como una solución crucial al prolongado problema de escasez de agua en la región, revitalizando una obra que había estado abandonada por más de 25 años. Este proyecto promete beneficiar extensas áreas agrícolas en la parte baja del afluente acuífero del río Masacre.

Los trabajos avanzan sin contratiempos significativos relacionados con la crecida del río. Aunque los usuarios se han enfrentado a pequeños problemas aguas abajo, estos están siendo atendidos mediante rellenos y otras medidas correctivas. La obra incluye la instalación de nuevas infraestructuras como tuberías para desviar el agua hacia el dique Veterano Cero, y la colocación de nueve nuevas bombas, adicionales a las dos ya existentes, para asegurar el suministro de agua a los productores agrícolas de la zona.

Rafael Méndez González, director de la división de riego de la provincia Dajabón, señaló que ya se han completado tres de los nueve pozos planificados, lo que mejorará significativamente el acceso al agua para riego en la región. Méndez también enfatizó el compromiso del gobierno con los agricultores de Dajabón para asegurar que no enfrenten dificultades en el riego de sus cultivos.

El canal ha impulsado además la vigilancia y seguridad en la zona, con presencia continua de fuerzas militares del Ejército y del CEsfront, lo que refuerza la estabilidad y continuidad del proyecto.

En Haití

Por otro lado, en Haití, el impacto del canal que construyeron los haitianos ha tenido un impacto positivo en el departamento de Maribot, según el ingeniero Stevens Jossie Milot.

La región ahora produce una variedad de cultivos como arroz, rublos, frutas y legumbres, lo que ha incrementado la disponibilidad de productos agrícolas para la población local. Además, se han iniciado proyectos para plantar pachulí y árboles que ayudarán a prevenir la erosión y protegerán los muros de gaviones contra daños futuros.

Milot aseguró que el canal ha sido diseñado para resistir crecidas significativas del río Masacre, pudiendo manejar flujos de agua de entre 400 y 700 metros cúbicos por segundo. Esta capacidad, dijo, refleja «la seriedad y el compromiso técnico del equipo de ingeniería», a pesar de los desafíos políticos y diplomáticos enfrentados durante su desarrollo.