Asaltos a bancos: Popular y Banreservas similitudes de dos atracos
Uno fue en Santo Domingo y el otro en Santiago de los Caballeros. En el primero, el asalto fue cometido entre familiares. En el segundo, un grupo criminal más organizado. Los dos fracasaron, porque cometieron errores que la Policía Nacional capitalizó.
El 24 de mayo, un grupo criminal se acercó a un Banreservas de Santiago de los Caballeros y robó 5,465,829.00 pesos y 3,755 dólares. El 3 de junio, cuatro hombres atracaron un Banco Popular en Santo Domingo, consiguiendo 1,685,723.68 pesos.
Los dos atracos tuvieron algo en común: el uso de vestimenta negra y armas de fuego. Sin embargo, solo en Santiago se produjo un tiroteo, aunque en Santo Domingo dos de los asaltantes murieron días después.
La llegada al banco
Los asaltantes del Banreservas llegaron al lugar del atraco en una Mitsubishi negra que previamente habían robado a un ciudadano. Además, uno de los asaltantes se acercó al banco con un Hyundai Sonata para vigilar, vehículo que dejó en la zona del crimen y por el cual los hallaron luego.
Por otro lado, los delincuentes que escogieron el Banco Popular, el 3 de junio, llegaron al lugar en una yipeta negra de la marca Kia.
En las dos llegadas se repite un patrón: uno de los asaltantes se queda en el carro para vigilar y poder huir más rápido.
El atraco
De lo que sucedió en el interior, hay más detalles del asalto al Popular. Tres hombres entraron, uno de ellos el actor y modelo Jorge Luis Estrella. Encañonaron al guardia de seguridad, lo tiraron al suelo y gritaron: “¡Todos al piso, esto es un atraco!”.
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Algo similar ocurrió días antes en el Banreservas, cuando los delincuentes de la organización criminal amenazaron a los clientes y empleados para que siguieran sus instrucciones.
La intimidación, por supuesto, es la tónica de los dos atracos. Pero esta violencia física y mental no pudo evitar que tanto en uno como en otro alguien consiguiera llamar a la Policía. En el caso de Banreservas, algunas personas llamaron al 9-1-1. En el Popular, una empleada presionó “el botón del pánico” colocado debajo de su escritorio.
El botín fue distinto. La organización criminal que actuó en Santiago se hizo con 5,465,829.00 pesos y 3,755 dólares. Los cuatro hombres que atracaron en Santo Domingo se llevaron 1,685,723.68 pesos. Esta cifra es debido a que llegaron al banco cuando el dinero ya se había retirado, es decir, tarde. Ese fue su error.
La huida
En este aspecto, la banda criminal fue menos precisa. Cuando se dio el aviso a la Policía, una patrulla se encontraba cerca, así que acudió rápido al Banreservas. Se produjo un tiroteo durante su huida. Los asaltantes dejaron 19 casquillos del calibre 9mm, 17 casquillos del fusil calibre 223, dos cápsulas del fusil calibre 223 y un proyectil mutilado. Hubo tres heridos, uno de los cuales murió días después.
Los asaltantes del Banco Popular, contra todo pronóstico, fueron más limpios en su huida. Tardaron tan solo dos minutos y ocho segundos en cometer el crimen, montarse en el carro y pasar a ser fugitivos.
Los errores, el fracaso
Cada atraco tiene un error distinto. Un cabo suelto que acaba delatando a todo el grupo. En el caso del Banreservas fue un auto. Los delincuentes dejaron en el lugar del crimen un Hyundai Sonata. La Policía contactó con el dueño y este les comentó que se lo había rentado a Danny Pimentel. Cuando lo arrestaron, consiguieron las pistas que les llevaron a los demás integrantes.
En el caso del Banco Popular, los atracadores tuvieron poco cuidado a la hora de la fuga. Las autoridades hicieron un exhaustivo control de las cámaras de seguridad y pudieron ver a dónde se dirigieron. Dos de los cuatro integrantes del asalto murieron al resistirse a la detención días después.
Por el momento, se ha recuperado el dinero del asalto en Santiago de los Caballeros. Sin embargo, aún es una incógnita dónde se encuentra lo robado del Banco Popular. Queda demostrado que, en estos tiempos, quizá ya no es rentable vestirse de Jesse James, pues la tecnología y la seguridad en República Dominicana no hace sencillo robar un banco y quedar impune.