Cuidados paliativos y manejo del dolor en RD

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Imagínese salir de una cirugía tras un proceso de trauma o padecer una enfermedad terminal que le causa un dolor extremo y no saber qué hacer o a qué método acudir para calmar los fuertes padecimientos.

Bethania Martínez, presidenta de la Asociación Dominicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor y Cuidados Paliativos, explicó que una de las principales trabas que enfrentan los pacientes, especialmente los que habitan en zonas remotas, es el difícil acceso a medicamentos fuertes que les alivien el dolor, ya que la mayoría de los que hacen esta labor entran dentro de la categoría de opioides, controlados por la Dirección Nacional de Drogas (DNCD).

“Un paciente que está en dolor crónico, que tiene una enfermedad oncológica, ¿con qué medicamentos tratamos los síntomas?”, con esta pregunta inició la conversación durante la visita de Martínez a Diario Libre.

La especialista aboga por la utilización de “fármacos que hagan sentir bien dentro de su cuadro y mejoren la calidad de vida para el paciente, en bajas dosis adecuadas, en procesos quirúrgico y transquirúrgico”.

La galena aclaró que los analgésicos de uso común, como el acematinofén o paracetamol, solo se pueden recetar por un máximo diez días, pero en el caso de los pacientes crónicos, la enfermedad y el dolor continúan por un tiempo prolongado o hasta el final de sus días.

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La doctora Bethania Martínez. (FUENTE EXTERNA)

Martínez fue muy enfática en la necesidad de una evaluación periódica por un personal calificado que sepa si el paciente puede recibir el fármaco, quién califica o no, ya que aquellos con predisposición a la adicción no deber ser expuestos para evitar efectos indeseados.

Un ejemplo de opioide débil que citó fue el uso de Tramadol, que bajo las guías correctas, “tiene más beneficios con un buen uso que algo malo cuando lo llevas mal”.

En el caso de esos medicamentos controlados debe pasarse un proceso de “titulación en el paciente”, es decir, habituar el cuerpo a tolerar la sustancia y no ingerir los miligramos recetados de golpe, sino dosis fraccionadas para evitar efectos secundarios como náuseas, vómitos y delirio.

La experta en manejo del dolor aboga porque el Tramadol sea despenalizado en su fiscalización en sus presentaciones combinadas con acetaminofén, diclofenaco y paracetamol para facilitar el acceso a los pacientes de las provincias.

“El medicamento es una necesidad para poder dar calidad de vida. La molécula, la gente tiene que conocerla, no tenerle miedo, siempre bajo la guía de un médico autorizado para las prescripciones”, afirmó.

Oncológicos en la misma área

La anestesióloga criticó que, a nivel público, en el país “solo hay dos centros oncológicos y en la misma área”, refiriéndose al Hospital Heriberto Pieter y el Instituto Nacional del Cáncer Rosa Emilia Sánchez Pérez de Tavares (Incart), ambos en la Zona Universitaria.

Esto afecta a pacientes que residen en comunidades remotas que tienen que trasladarse hasta Santo Domingo para recibir atenciones y poder comprar sus medicamentos, mucho más si se trata de un paciente encamado que requiere atención domiciliaria.

Marihuana medicinal

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La doctora Martínez dice falta evidencia científica para el uso medicinal de la marihuana. (FUENTE EXTERNA)

La también secretaria general de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Dolor Medicina indicó que el uso medicinal de la marihuana debe sustentarse mejor con medicina basada en evidencia.

“Falta evidencia y por eso es que no se logra tener un consenso en todos los países del uso legítimo de la marihuana, pero, cuanto tú tienes un paciente en una situación de tanta vulnerabilidad, tú lo que quieres es que el paciente se sienta confortable. Ni estoy en contra, ni debo de estarlo, pero faltan evidencias científicas para poder utilizarla”, comentó.

La doctora puso el ejemplo de la dosificación, porque no se ha podido establecer una tabla unificada de valores sobre cómo sería la receta.

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Residencia médica

Martínez se mostró entusiasta al hablar sobre la residencia médica creada en el Incart para formar médicos dominicanos en cuidados paliativos y manejo del dolor, con una duración de tres años.

“El manejo del dolor y los cuidados paliativos es una subespecialidad para la cual aquí ya hay médicos especialistas. Estamos súper felices porque es un logro para República Dominicana”, dijo.

Actualmente, en el país hay 32 especialistas en manejo de dolor, a pesar de que las estadísticas estiman que debería ser uno por cada 15 mil habitantes.