Día de La Virgen de La Altagracia: devotos ante la fe y gratitud
Cada 21 de enero, devotos católicos del país celebran el Día de la Virgen de La Altagracia, en una fecha en que se venera la fe y gratitud a la “madre espiritual y protectora” del pueblo dominicano.
La devoción a la Virgen de La Altagracia tiene un profundo significado, pues representa la protección divina, la esperanza y el amor maternal de la Virgen María, quien es la madre de Jesucristo, considerado el Salvador de la humanidad.
Aunque entienden que la Virgen en sí misma no hace milagros, los fieles la consideran como una intercesora ante Dios. Para muchos, la Virgen María tiene un papel crucial como mediadora de los favores divinos, y su presencia en la vida de los creyentes se manifiesta de manera positiva a través de experiencias de fe, sanación y protección.
En la República Dominicana, la Virgen de La Altagracia es un símbolo de unidad espiritual, representando la cercanía de la madre de Cristo a su pueblo.
Fervientes devotos y fieles seguidores del cristianismo y de la fe mariana realizan peregrinaciones desde los diferentes puntos del país hasta Higüey, provincia La Altagracia, donde se encuentra la Basílica y está empotrada la imagen de la Virgen, para pedir por su salud, la de sus familiares y por situaciones económicas, entre otras peticiones de necesidad para sus vidas.
Esta devoción refleja el amor y respeto por la Virgen María, la cual es vista como una madre que intercede ante Dios en nombre de sus hijos.
Las promesas ante la Virgen María son parte fundamental entre los seguidores de “Tatica, la de Higüey“, como también es conocida.
En este contexto, la figura de la Virgen María juega un rol fundamental, ya que se le venera como madre espiritual y fuente de consuelo. Su intercesión se celebra no solo el 21 de enero, sino todos los días, con especial énfasis en esta fecha significativa. La Virgen de La Altagracia se ha convertido para los dominicanos en un símbolo de fe profunda, donde la esperanza y la gratitud se renuevan cada año.
“Vi a la Virgen María en sueño”
Una devota asegura a Diario Libre haber visto a la Virgen de La Altagracia en un sueño, luego de pedirle por su salud y hacerle una promesa. Ervida Zorrilla, ante una situación complicada de salud, le pidió que, si en verdad ella hace milagros a través de su hijo Jesús, le permitiera salir con vida de una cirugía que le estarían haciendo el mismo Día de la Virgen de la Altagracia, y así poder criar a sus hijos.
“En el tiempo de clamor, la Virgen se me apareció en sueño. Yo vi esa señora tan hermosa, y yo miré hacia arriba. Cuando ella volteó, lo que le vi fue el traje largo y la corona, y entendí que era la virgen”, cuenta con entusiasmo.
En ese momento, Zorrilla le prometió a la Virgen María que, cuando saliera de su cirugía, lo haría vestida de blanco de la clínica y así se ataviaría durante tres meses.
“Creo en la resurrección de Cristo, y tengo fe y creo en él, pero también creo en la intercesión de la Virgen María, porque toda madre pide por sus hijos. Y aunque no escuchamos esa voz, sí la sentimos”, dice.
Cada 21 de enero, en que se celebra el Día de la Virgen de La Altagracia, Zorrilla realiza una peregrinación junto con otros creyentes por toda la provincia de El Seibo, de donde es oriunda, sosteniendo un cuadro con la imagen de la virgen, exclamando su fe ante ella.
Realizan peregrinaciones
Otra fiel creyente, cada año peregrina por todo El Seibo, a ritmo de cantos y oraciones. “Rezamos el Rosario diariamente, con esa devoción hacia nuestra madre espiritual y pidiéndole por la salud y el bienestar de mi familia”, dice Altagracia Beras.
“Cuando quería quedar embarazada, se lo pedí a la virgen y tuve cuatro embarazos, entre ellos una pérdida. Todo se lo pido a ella para que nos vaya bien”, señala.
Para Beras, la Virgen de La Altagracia es su madre espiritual: “La madre del Salvador, quien nos liberó del pecado, y por eso cada día pedimos a ella por su bendición y su protección”.
La devoción a la Virgen de las Mercedes, que es una advocación de la Virgen María, también tiene profundas raíces históricas y culturales en el país, remontándose a la época de la colonización española. Se le considera la patrona del pueblo dominicano y se le asocia con la paz, la justicia y la libertad.