Luis Vergés Báez: “La violencia es un juego de suma cero”
El origen de muchos actos violentos cometidos por hombres adultos tiene sus raíces en experiencias vividas durante la infancia. Estos comportamientos suelen estar influenciados por tres factores principales: la violencia sufrida en el hogar, la observada en el entorno familiar y social, y la experimentada en su círculo cercano.
Así lo explicó Luis Vergés Báez, director del Centro de Intervención Conductual para hombres de la Procuraduría General de la República, en una entrevista en el Diálogo Libre de este periódico, quien indicó que, cuando un hombre crece en un ambiente donde el maltrato físico y emocional es común, tiende a internalizar la violencia como una forma normal de resolver conflictos.
El experto destacó que, aunque muchos de estos individuos poseen formación académica, el verdadero problema radica en la falta de educación en el autocontrol y resolución pacífica de conflictos. De hecho, el 33 % de las personas atendidas en el centro ha completado estudios universitarios.
Indicó que, pese a que existen diversas razones que pueden influir en el comportamiento violento, estas no están relacionadas con trastornos mentales. Describió a los agresores como personas normales que eligen sus acciones.
“Los trastornos mentales no los elegimos, pero la violencia sí. La violencia es una decisión, no necesariamente hay que ser un enfermo para ser violento”, expresó.
El psicólogo advirtió que, en lugar de asociar estos comportamientos con trastornos mentales, lo que debe abordarse es la creencia errónea de estos hombres sobre el rol de la mujer en la sociedad. Añadió que cuando una mujer se sale del “libreto” que estos individuos tienen sobre su comportamiento, la violencia se convierte en una forma de “corregir” su actitud, revelando una mentalidad profundamente arraigada en la posesión y el control.
“Es interesante preguntarnos, ¿qué gana la violencia? La violencia es un juego de suma cero; ahí todo el mundo pierde. Pierde el agresor, que termina preso, o, cuando mata a la mujer, el 50 % intenta suicidarse. Pierden los hijos, pierde la sociedad. Por eso, ese juego de suma cero debemos transformarlo en un juego donde todos ganen”, sugirió.
No asumen sus actos
En la mayoría de los casos, los hombres que cometen actos de violencia contra las mujeres no asumen la responsabilidad de sus acciones.
Vergés Báez precisó que estos individuos suelen culpar a la mujer por la violencia que ejercen, argumentando que, si ella no hubiera hecho “tal cosa”, no habrían recurrido a la agresión. Alertó que este patrón de no asumir responsabilidad es uno de los factores más peligrosos, ya que perpetúa el ciclo de violencia.
También, destacó que muchos hombres presentan una mentalidad posesiva, considerándose propietarios de las mujeres, afirmando que estos creen tener derecho a tomar decisiones por ellas y a controlar su vida.
Juventud preocupa
El especialista destacó que los jóvenes concentran una mayor cantidad de actos violentos y señaló que el 25 % de la violencia hacia las mujeres comienza en el noviazgo.
Explicó que una de las señales de alerta para las mujeres en una relación de pareja es cuando los hombres asumen que tienen el derecho de planificar sus vidas, creyendo que el rol de la mujer es simplemente seguir los pasos que ellos han diseñado.
Además, suelen mostrar actitudes dominantes, jerárquicas y posesivas. “Y cuando la mujer decide, por ejemplo, separarse o alejarse del proyecto de pareja, ellos entran en una crisis de apego. Nosotros la llamamos la ‘crisis de regateo’. Se convierten en víctimas diciendo que ella me abandonó, o me cambió por otro, o me dejó porque tiene a alguien más. Y comienzan a rumiar esas ideas”, expresó.
Los casos son más crueles
Vergés Báez sostuvo que, en cuanto a la cantidad de actos violentos cometidos por hombres, no ha habido una variación significativa. “De hecho, podríamos decir que hay una tendencia a la baja si comparamos las cifras de los últimos cinco o seis años”, señaló el especialista.
Sin embargo, precisó que lo que ha cambiado es la naturaleza de la violencia, que ahora se caracteriza por ser más cruel. Explicó que la violencia ya no se limita a un daño superficial, sino que busca transmitir un mensaje de poder y control, siendo cada vez más destructiva para la mujer.
“Nosotros no teníamos, o no tuvimos durante muchos años, casos de descuartizamiento, por decirte algo, y ahora se están viendo de forma recurrente. O sea, que no solo se está matando una vez, se está matando varias veces, porque eso está enviando un mensaje de desprecio a la vida mucho más grande que el que se tenía originalmente”, agregó.
Vergés Báez consideró que este accionar podría estar influenciado por la deshumanización que se difunde a través de las redes sociales, asegurando que una persona vulnerable, que tenga algún rasgo psicopático oculto, pudiera encontrar en estas imágenes un permiso para actuar de esa manera.
Luis Vergés Báez llamó a la población a no permanecer indiferente ante la violencia, señalando que, aunque esta no ocurra en el propio hogar, no debe ser ignorada. Destacó que en el país se han registrado muertes de mujeres que podrían haberse evitado si familiares cercanos o vecinos, conscientes de la situación, hubieran intervenido. Hizo un llamado a utilizar los mecanismos disponibles en la sociedad, como el Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1, para denunciar y prevenir actos de violencia. Vergés enfatizó que la violencia tiene tres actores principales: el agresor, la víctima y el observador, subrayando la responsabilidad de este último en romper el ciclo de violencia. “Todos los ciudadanos y ciudadanas somos observadores reales o potenciales y no debemos ser indiferentes ante lo que está pasando. Debemos ser buenos referentes dentro del hogar, promoviendo una cultura de paz y fomentando los buenos tratos. Además, es importante aprender a hacer un análisis de lo que yo llamo costo-beneficio”, dijo.Hizo un llamado para promover la cultura de los buenos tratos, el respeto mutuo en las relaciones y la adopción de ideas igualitarias que valoren los derechos fundamentales. Manifestó que fomentar estas acciones representa una ganancia en todos los aspectos, especialmente en el más importante: la salud mental.