Orígenes históricos y fundación de Los Mina
El sector de Los Mina, “cabecera” del municipio Santo Domingo Este, es tierra de libertad desde su origen por acción de los esclavos africanos que se asentaron en el lugar durante el 1676, huyendo de la esclavitud a la que eran sometidos por la colonia francesa de Saint Domingue.
El inicio de su historia se ubica en lo que hoy se llama Los Mina Viejo, antigua Villa Thesalia, justo al lado de la cabecera este del puente Francisco del Rosario Sánchez o de la 17, donde se asentaron los primeros pobladores procedentes de la localidad Mina, conocida en la actualidad como Elmina, una ciudad situada en la costa atlántica de Ghana, en Africa.
Los Mina está considerado como uno de los más antiguos sectores. Tiene en la actualidad 200,000 habitantes y es parte del municipio más poblado del país: Santo Domingo Este, cabecera de la provincia del mismo nombre. Su población actual es mayoritariamente migrante de las tres regiones del país.
Limita al norte con el río Ozama, al sur con el Ensanche Ozama y Alma Rosa I, al este con Altos de Cancino y al oeste con Los Tres Brazos y otra vez, el río Ozama.
Cuenta con dos cementerios: el San Vicente de Paúl y el de Los Mina Viejo, ambos clausurados, por falta de espacio y dentro de sus obras más emblemáticas están la Maternidad San Lorenzo, la parroquia San Vicente de Paúl, la avenida del mismo nombre, Megacentro, la sede principal de los Comedores Económicos del Estado y la línea 2-B del Metro de Santo Domingo.
También la central eléctrica AES, el Club Los Mina, el parque Cachón de La Rubia y la Ciudad Judicial más grande del país, aún en construcción y una edificación de gran valor histórico y desconocida por muchos de sus habitantes: la Ermita San Lorenzo, una iglesia construida en el siglo XVI, ubicada en Los Mina Viejo.
Labor de la Iglesia
La iglesia católica ha estado relacionada con el sector de Los Mina desde su origen y es por ello que su nombre está asociado a San Lorenzo, fiesta que se celebra el 10 de agosto y en los tiempos contemporáneos resurge la figura religiosa de San Vicente de Paúl, cuyo nombre lleva la principal avenida, la maternidad, la parroquia y un colegio.
La congregación de los sacerdotes paúles ha jugado un papel importante en el desarrollo del sector y uno de sus principales exponentes es el padre Gregorio Alegría, que llegó a Los Mina a principio de los años 80, a darle continuidad a la labor eclesial, educativa y social del padre Tobar, iniciada a principio de los años 50.
Alegría cuenta que llegó al país en septiembre de 1980 procedente de Navarra, España, junto a sus inseparables compañeros, también sacerdotes, Martín Tirapu y José Gil (fallecido) y desde entonces ha sido párroco de la iglesia San Vicente de Paúl en cuatro ocasiones.
Procedente de una ciudad más desarrollada Alegría y Tirapu encontraron en Los Mina mucha pobreza y limitaciones de desarrollo, caldo de cultivo para ejercer su magisterio y desde entonces han trabajado en la creación y ampliación de centros de estudios, de la clínica popular “Auxilio Mutuo” donde los pacientes pagan una mínima contribución y reciben diversos servicios, especialidades y el Hogar Bethania donde viven unas 40 ancianas.
Alegría fue propulsor del proyecto La Barquita donde 1,700 familias fueron reubicadas, sacadas de una zona de inundaciones. Habla con orgullo de ese trabajo social y en la actualidad es presidente del Patronato La Nueva Barquita.
El desarrollo
Los Mina es un sector pujante, de hombres y mujeres laboriosas que se ven en la necesidad de trasladarse al Distrito Nacional y otros lugares debido a la falta de fuentes de trabajo. Son pocas las empresas instaladas en la zona.
Sin embargo, el comercio es el sector que más se ha desarrollado y que más aporta a la economía local y del país. Antonio Celestino Genao es un reconocido comerciante dedicado a los almacenes de venta de alimentos y otros productos que llegó a la calle Trina Moya de Vásquez en 1970.
Comenzó con un pequeño ventorrillo en casa de un tío y 55 años después es el propietario de un consorcio comercial importador de diversos productos. “Yo creo que es la parte que más ha crecido de la zona oriental, incluso creo que estamos en primer lugar, si tú te pones a mirar y a observar ya estamos pegados con San Isidro”.
Parturientas haitianas repiten en Maternidad de Los Mina por satisfacción en el servicio
Considera que una evidencia del desarrollo es que cuando él llegó al sector en 1968 había un solo puente (el Juan Pablo Duarte) y ahora hay cinco porque eran pocas las personas que tenían vehículos, sin embargo, ahora las calles están llenas de carros, yipetas, camiones y motocicletas.
“Yo me siento satisfecho, sinceramente, aquí hay seguridad, hay mucho patrullaje que le dan seguimiento, apresan muchos delincuentes, pero tú sabes que el ladrón siempre vive acechando, se dan casos sí”, comentó.
Don Ignacio Martínez H.
A partir de los años 70 del siglo pasado, el entonces presidente Joaquín Balaguer utilizó a un recordado personaje de Los Mina como el desarrollar de esa zona. Se llamaba Ignacio Martínez H. Era un buen amigo de Balaguer y de acuerdo con vecinos, el mandatario lo visitaba con frecuencia porque era un estudioso de la literatura y la historia.
La residencia de don Ignacio, aunque se mantiene, está en malas condiciones y se llama Villa Thesalia, el nombre de su esposa. Ambos fallecieron hace más de 30 años, pero además de la vieja casona de madera de los años 40, quedan los bancos de cemento en el patio de su casa con vista a la ciudad, donde don Ignacio se sentaba con Balaguer a leer libros y conversar, cuenta Israel Cardy, residente en el lugar.
Cardy aún conserva varios libros de la biblioteca abandonada de don Ignacio, que datan de los años 30, 40, 60, y 70 algunos autografiados por sus autores.
“Don Ignacio era una figura prominente de la zona oriental, todo lo que se hizo aquí fue su iniciativa, el puente (el de la 17) el Comedor, la Maternidad, el correo y ciertas cosas más. Lo más importante fue que tomó la iniciativa ante Balaguer que eran muy buenos amigos”, cuenta.
La fiesta de San Lorenzo
Cada 10 de agosto, el pequeño Los Mina Viejo celebraba la festividad de San Lorenzo Mártir con diversas actividades tradicionales como el llamado “Palo encebado”, un juego importado que consistía en la colocación de un palo embadurnado de grasa que, en su parte superior tenía algún regalo para la persona que pudieran alcanzarlo, como dinero o un salami, como era la costumbre en los años 70 y 80 en ese lugar.
Igualmente era una tradición las competencias en sacos que también tenía una gratificación al que llegara primero. De eso se recuerda Apolinar Amador, exvecino de Villa Thesalia o Los Mina Viejo y vinculado al barrio desde hace 60 años.
“Este barrio no tenía mucha gente, era un monte y había como cuatro o cinco casas y la iglesia, hubo gente que ocupó solares como un cubano que los vendía y luego fue deportado porque fue sorprendido vendiendo carne de caballo”.
Los Mina tiene historias centenarias y contemporánea que muestran una comunidad que se desarrolla, aunque se mantienen atrasos que constituyen retos para sus residentes.